Los directivos no saben hablar de esta enfermedad y los empleados mienten cuando faltan al trabajo por causa del estrés.
Por Catalina Franco R.
En el mundo acelerado en el que vivimos, en el que cada vez hay menos tiempo para todo y más cosas que hacer, el estrés se ha convertido en una de las mayores preocupaciones para muchas personas y empresas, y en una de las enfermedades más comunes que afectan a millones de personas en el planeta, tanto en el ámbito personal como en el laboral.
Y uno de los problemas es que muchos no reconocen el estrés como una enfermedad, no lo comparan con un resfriado o con un fuerte dolor, por lo cual hablar o quejarse sobre este mal todavía parece ser un tabú, sobre todo cuando se trata de hacerlo entre empleado y jefe.
Así lo confirma una investigación de la firma de salud mental Mind, según la cual el estrés sigue siendo un tabú y los directivos no saben hablar del tema con sus empleados, con lo cual estos últimos se sienten incómodos tratando de hacerlo y se ven forzados a mentir cuando tienen que faltar al trabajo por esta razón.
De acuerdo con el estudio, uno de cada cinco empleados (19%) han tenido que reportarse como enfermos y faltar al trabajo debido al estrés, y 93% de ellos han mentido a sus jefes acerca de la razón de su ausencia.
Mintiendo por estrés
No se trata de que los empleados se sientan bien mintiendo sobre las razones que los llevan a faltar al trabajo; es solo que no se atreven a mencionar el estrés como una razón válida que sus jefes comprenderán y esto porque ellos no les han demostrado que pueden acercarse con tranquilidad.
Como lo afirma el estudio, de los empleados que han mentido en este tipo de casos, 70% hubieran deseado poder discutir sobre su estrés con sus jefes y un tercio de ellos querrían que sus empleadores tomaran la iniciativa y se acercaran a ellos directamente cuando notaran signos de estrés.
Como lo explica Paul Farmer, ejecutivo de Mind, “Millones de personas experimentan un estrés inmanejable en el trabajo y el hecho de que tantas personas se vean forzadas a mentir sobre ello en vez de encontrarle una solución debería ser una gran preocupación para nuestros negocios. Si los empleados no sienten que pueden ser honestos acerca de las presiones que tienen, los problemas que no se resuelven pueden rápidamente convertirse en una bola de nieve de baja moral, baja productividad y alta ausencia por enfermedad”.
Los empleados ya tienen claro que si les toca faltar al trabajo por estrés, tienen que mentir. Y estas son las excusas más comunes que utilizan: daño de estómago (36%), resfriado (13%), dolor de cabeza (12%), cita médica (6%) y dolor de espalda (5%).
Pero, aunque el mentir sobre el tema ya sea una costumbre, los empleados no están cómodos con la situación: 62% de ellos consideran que sus directivos no están haciendo lo suficiente para encargarse del bienestar del personal en el lugar de trabajo, lo que ha llevado a uno de cada diez trabajadores a enfermarse físicamente debido al estrés y a uno de cada diez a buscar ayuda.
Farmer agrega: “Nosotros les recomendaríamos a los empleadores que promuevan una cultura de transparencia en el trabajo de manera que puedan resolver los problemas ahora en vez de irlos guardando para el futuro”.
Y uno de los problemas es que muchos no reconocen el estrés como una enfermedad, no lo comparan con un resfriado o con un fuerte dolor, por lo cual hablar o quejarse sobre este mal todavía parece ser un tabú, sobre todo cuando se trata de hacerlo entre empleado y jefe.
Así lo confirma una investigación de la firma de salud mental Mind, según la cual el estrés sigue siendo un tabú y los directivos no saben hablar del tema con sus empleados, con lo cual estos últimos se sienten incómodos tratando de hacerlo y se ven forzados a mentir cuando tienen que faltar al trabajo por esta razón.
De acuerdo con el estudio, uno de cada cinco empleados (19%) han tenido que reportarse como enfermos y faltar al trabajo debido al estrés, y 93% de ellos han mentido a sus jefes acerca de la razón de su ausencia.
Mintiendo por estrés
No se trata de que los empleados se sientan bien mintiendo sobre las razones que los llevan a faltar al trabajo; es solo que no se atreven a mencionar el estrés como una razón válida que sus jefes comprenderán y esto porque ellos no les han demostrado que pueden acercarse con tranquilidad.
Como lo afirma el estudio, de los empleados que han mentido en este tipo de casos, 70% hubieran deseado poder discutir sobre su estrés con sus jefes y un tercio de ellos querrían que sus empleadores tomaran la iniciativa y se acercaran a ellos directamente cuando notaran signos de estrés.
Como lo explica Paul Farmer, ejecutivo de Mind, “Millones de personas experimentan un estrés inmanejable en el trabajo y el hecho de que tantas personas se vean forzadas a mentir sobre ello en vez de encontrarle una solución debería ser una gran preocupación para nuestros negocios. Si los empleados no sienten que pueden ser honestos acerca de las presiones que tienen, los problemas que no se resuelven pueden rápidamente convertirse en una bola de nieve de baja moral, baja productividad y alta ausencia por enfermedad”.
Los empleados ya tienen claro que si les toca faltar al trabajo por estrés, tienen que mentir. Y estas son las excusas más comunes que utilizan: daño de estómago (36%), resfriado (13%), dolor de cabeza (12%), cita médica (6%) y dolor de espalda (5%).
Pero, aunque el mentir sobre el tema ya sea una costumbre, los empleados no están cómodos con la situación: 62% de ellos consideran que sus directivos no están haciendo lo suficiente para encargarse del bienestar del personal en el lugar de trabajo, lo que ha llevado a uno de cada diez trabajadores a enfermarse físicamente debido al estrés y a uno de cada diez a buscar ayuda.
Farmer agrega: “Nosotros les recomendaríamos a los empleadores que promuevan una cultura de transparencia en el trabajo de manera que puedan resolver los problemas ahora en vez de irlos guardando para el futuro”.
Lo que deben hacer los directivos
No se trata de un problema menor; no solo están en juego la salud de los empleados y las relaciones entre estos y sus directivos, sino que el estrés, y la falta de transparencia y apoyo en el tema, se pueden convertir en un peligro para el negocio: las compañías inglesas están perdiendo aproximadamente £8.4 billones por días de enfermedad causados por un bajo bienestar mental.
Es un asunto que debe preocupar a los directivos y en el que se deben tomar medidas prontas. Mind recomienda algunas estrategias que pueden llevar a cabo los empleadores:
• Controlar las cargas de trabajo del personal y asegurarse de que nadie se vea obligado a rendir más de lo que es capaz
• Entrenar a los gerentes para que identifiquen los riesgos, reconozcan el estrés y apoyen al personal
• Asegurarse de que haya comunicación clara y frecuente con aquellos que trabajan aislados
• Ofrecer preparación para el estrés y apoyo en el trabajo
• Asegurarse de que los ambientes de trabajo sean adecuados para las tareas que allí se realizan. El ruido, la temperatura y la luz pueden tener un gran impacto en el bienestar
En palabras de Farmer, “Cuando la presión es alta los directivos tienen que pasar más tiempo liderando y manejando a las personas, no menos. Tomarse un tiempo aparte con un empleado puede parecer una carga extra para los directivos, que también tienen sus propias tareas que cumplir, pero apoyar al personal adecuadamente reducirá las ausencias, mejorará el desempeño y beneficiará a la compañía en general”.
No es un asunto menor y si uno al que hay que prestarle atención. Si se piensa lógicamente, es fácil ver que un empleado que pueda expresar cuando no se sienta bien y que obtenga ayuda para mejorar su situación, tendrá más fuerza y una mayor voluntad para ir a trabajar y para hacer las cosas bien.
Fuente: Sección elaborada con el asesoramiento de Nebrija Business School. Coordina el Profesor Adolfo Castilla.
No se trata de un problema menor; no solo están en juego la salud de los empleados y las relaciones entre estos y sus directivos, sino que el estrés, y la falta de transparencia y apoyo en el tema, se pueden convertir en un peligro para el negocio: las compañías inglesas están perdiendo aproximadamente £8.4 billones por días de enfermedad causados por un bajo bienestar mental.
Es un asunto que debe preocupar a los directivos y en el que se deben tomar medidas prontas. Mind recomienda algunas estrategias que pueden llevar a cabo los empleadores:
• Controlar las cargas de trabajo del personal y asegurarse de que nadie se vea obligado a rendir más de lo que es capaz
• Entrenar a los gerentes para que identifiquen los riesgos, reconozcan el estrés y apoyen al personal
• Asegurarse de que haya comunicación clara y frecuente con aquellos que trabajan aislados
• Ofrecer preparación para el estrés y apoyo en el trabajo
• Asegurarse de que los ambientes de trabajo sean adecuados para las tareas que allí se realizan. El ruido, la temperatura y la luz pueden tener un gran impacto en el bienestar
En palabras de Farmer, “Cuando la presión es alta los directivos tienen que pasar más tiempo liderando y manejando a las personas, no menos. Tomarse un tiempo aparte con un empleado puede parecer una carga extra para los directivos, que también tienen sus propias tareas que cumplir, pero apoyar al personal adecuadamente reducirá las ausencias, mejorará el desempeño y beneficiará a la compañía en general”.
No es un asunto menor y si uno al que hay que prestarle atención. Si se piensa lógicamente, es fácil ver que un empleado que pueda expresar cuando no se sienta bien y que obtenga ayuda para mejorar su situación, tendrá más fuerza y una mayor voluntad para ir a trabajar y para hacer las cosas bien.
Fuente: Sección elaborada con el asesoramiento de Nebrija Business School. Coordina el Profesor Adolfo Castilla.