Cómo Vencer el “No Consigo Ponerme a Estudiar”
Cuando estaba en mis primeros años de Universidad, mi actitud era todo lo contrario a lo que necesitaba para estudiar y aprobar. Así me ocurría. Suspendía casi todo. Por ejemplo, recuerdo aquélla época en la que llegaba muy pronto. Solía ser uno de los primeros y encender las luces del aula. ¿Qué hacía yo?
- ¿Leer por encima el libro que seguía el profesor para ver qué iba a explicar hoy? No
- ¿Repasar lo del día anterior? No, ni siquiera tenía apuntes de ello
- ¿Planificar el estudio para el resto del día? No
- ¿Coger sitio en las filas del principio para estar más cerca de la profesora y escuchar todo lo que decía? No
- ¿Leer alguna revista relacionada con lo que estaba estudiando? No
¿Qué hacía en lugar de todo eso? Me ponía a leer el periódico del día. Y, ¿por dónde empezaba? Por supuesto, por la sección de Deportes. Como puedes comprobar, yo me tomaba muy en serio esto de estudiar.
Algunas veces, hablando sobre las notas, los exámenes y quedar en grupo para estudiar en la biblioteca, yo siempre ponía la misa excusa para que no contasen conmigo:
- “es que yo no consigo ponerme a estudiar”,
- “lo intento, pero es superior a mis fuerzas”,
- “alguna vez me pongo delante de los libros pero siempre encuentro algo mejor que hacer”,
- “ya lo haré más adelante”,
- “me cuesta mucho concentrarme”,
- “eso es muy aburrido”,
- “estudiar no me motiva”
Escuchándome ahora decir las frases de arriba, me doy cuenta de lo equivocado que estaba. Nadie ni nada me obligaba a no estudiar de la misma manera que nadie ni nada me obligaba a estudiar. Yo mismo era quien decidía no abrir un solo libro. Tardé un tiempo en cambiar esta forma de pensar y actuar. Lo útil que hubiese sido haber leído en alguno de esos periódicos lo que viene a continuación, en lugar de acabar descubriéndolo con el paso del tiempo :
Cuando evitas estudiar, eres únicamente tú quien decide no hacerlo. Por supuesto que hay causas mayores, sobre las que no tienes control, que te lo van a impedir en momentos puntuales. Pero la decisión y el poder últimos son exclusivamente tuyos. Si te ves en una situación parecida, hazte las siguientes poderosas preguntas:
- ¿Qué gano yo con no estudiar?,
- ¿Por qué evito estudiar?, ¿eludir responsabilidades?, ¿no tomar el control de las situaciones, de mi vida?
- ¿Cuál es la razón por la que no estudio?, ¿busco atención, aislamiento, notoriedad?
- ¿Estoy actuando siguiendo un patrón antiguo que se instaló en mí hace mucho tiempo (quizás cuando era niño) y que ya podría no servirme?, procrastinación (dejar las cosas para después) ¿por ejemplo?
- ¿Estoy imitando este comportamiento cogido de alguna persona con mucha influencia sobre mí?, ¿alguna amiga?, ¿algún amigo?, ¿padre, madre?, …
- ¿Qué hay dentro de mí para que no estudie?, ¿odio, rencor, culpa, resentimiento?, ¿hacia quién?, ¿hacia ti mism@?, ¿por qué?
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