RUMI

Cada árbol y cada planta del prado
parece estar danzando;
aquéllos con ojos comunes
sólo los verán fijos e inmóviles.

6 sept 2011

El efecto Pigmalión

El efecto Pigmalión y su formulación a través de la escalera de inferencias

Introducción

En el marco del entendimiento de que nosotros somos quienes creamos nuestra propia realidad (cuestión que será tratada en este artículo), abordare el tema de la llamada Profecía Autocumplida, que es un concepto utilizado en psicología, pero que fue observado por el sociólogo Robert Merton en 1943, y al que Peter Senge hace una pequeña referencia en La quinta disciplina (1).

La idea de este artículo es “mirar” este concepto a la luz de algunos de los temas tratados en Administración Integrativa, es decir, realizar un trabajo de síntesis, en el sentido de reunir ciertos conceptos y hacer un ejercicio de aplicación.

Al mismo tiempo intentare responder a la pregunta de ¿porque es importante saber o ser concientes de las profecías que creamos?, y ¿como no ser víctimas de ellas?

A tal efecto adelantare algunas conjeturas que mas adelante serán explicadas y fundamentadas:

  1. las profecías autocumplidas pueden ser consecuencia de vivir los juicios como afirmaciones.
  2. el proceso por el cual un juicio luego se transforma en una afirmación tiene puntos de contacto con el mecanismo que se sigue en el proceso denominado escalera de inferencias.
  3. por lo tanto, una de las posibles alternativas para “cortar” el proceso (en caso de que sea necesario) es aprender a fundar juicios.

I. Modelos Mentales o La sustitución de un orden externo (y su complejidad) por un orden interno menos complejo.

Niklas Luhmann, en su libro Confianza (2), dice entre otras cosas que” ningún sistema puede repetir o duplicar en sus representaciones al mundo real en toda su insondable complejidad. La metafísica kantiana estaba obstinadamente atada a esta suposición, ya que abstraía al “sujeto” o “a la conciencia”, como un tipo de unión con el mundo, y así lo elevaba al mismo nivel de complejidad. Lo que se paso por alto fue el descenso de la complejidad entre la realidad y la representación, entre el mundo y la intención, entre lo “externo” y lo “interno”, y así fracaso en captar la función de representación como creación del orden, a través de la reducción de la complejidad.

El hecho es que todos los procesos internos operan a un nivel mas bajo de complejidad y de aquí que presenten menos posibilidades y más orden que en su entorno. Operan selectivamente; las relaciones entre los datos del mundo son recibidas y operadas como una información pertinente al sistema. De este modo sustituyen la complejidad amorfa del entorno por el orden interno del procesamiento de datos y los problemas de este orden interno son incluidos en el sistema como la base de un trabajo normal de adaptación al entorno.”

En otras palabras: Luhmann se esta refiriendo al concepto de Modelos Mentales; es decir, cuando habla de procesos internos se refiere “a las profundas imágenes internas acerca del funcionamiento del mundo, imágenes que nos limitan a modos familiares de pensar y actuar” en palabras de Peter Senge.

La critica de Luhman a la metafísica kantiana, esta en la misma línea que la que hace los chilenos Maturana y Varela al concepto tradicional del sistema nervioso y las estructuras cognitivas humanas que lo definía como un instrumento que consigue información del entorno y construye una representación del mundo, representación que el organismo utiliza para calcular el comportamiento adecuado para su supervivencia. De acuerdo con los autores chilenos “el sistema nervioso no "capta información" del medio ambiente, como a menudo se escucha sino que, al revés, trae un mundo a la mano al especificar qué configuraciones del medio son perturbaciones y qué cambios gatillan éstas en el organismo”;en lo que se refiere a las estructuras cognitivas humanas, el mundo entero de nuestras experiencias esta dentro de nosotros, no hay tal cosa como la experiencia de un afuera”.(3)

En otras palabras: nosotros somos los creadores de nuestra realidad.

Se puede explicar la misma idea desde otro ángulo: por siglos se ha considerado al lenguaje como un instrumento que nos permite describir lo que percibimos en el mundo. Según esta teoría vemos las cosas como son y luego les aplicamos un nombre. La realidad viene primero y luego el lenguaje. Un uso pasivo y descriptivo del lenguaje, que rotula y clasifica las percepciones preexistentes, y por lo tanto independientes. Muchos investigadores, entre ellos Rafael Echeverría y el mismo Humberto Maturana han concluido que las categorías lingüísticas no son solo”etiquetas” (descripciones) aplicadas a percepciones preexistentes, sino, que por el contrario, ellas precondicionan y definen en primer lugar la percepción: uno no habla de lo que ve, sino que ve aquello de lo que puede hablar. En este sentido se pueden traer las palabras de Albert Einstein:”nuestras teorías (palabras) determinan lo que medimos (descubrimos)”, o mejor aun se puede traer a Thomas Kuhn quien en su libro La estructura de las revoluciones científicas nos señala, que la ciencia procede según practicas, instrucciones o técnicas orientadas a la generación de datos y que estos no se hallan simplemente ahí, esperando que alguien los vea. Por el contrario es necesario “interrogar” al mundo para que los revele. El método de interrogación condiciona los datos revelados (pero de ninguna manera los inventa).

Otra forma de concluir que: somos nosotros quienes creamos nuestra realidad.

En resumen, nuestras representaciones internas de cómo es el mundo y como funciona (Modelos Mentales) es lo que condiciona nuestros juicios, decisiones y acciones ante perturbaciones recibidas del “mundo exterior”.

II. La profecía autocumplida o Efecto Pigmalión

Cuenta la mitología que Pigmalión era un príncipe de Chipre que, en busca de la mujer perfecta con quien casarse, comenzó a esculpirla en un trozo de piedra. Día a día fue dándole forma a esa roca de manera tal de ir moldeándola según la imagen que el príncipe tenía de lo que una mujer perfecta debía ser.

Logró finalmente una figura cuya belleza superaba aún a su propia imaginación. Dio a ésta el nombre de Galatea: era una escultura bellísima de la cual fue enamorándose. Al ver esto la diosa Venus dio vida a la estatua haciendo ciertos los deseos de Pigmalión.

Esta figura mitológica ha dado lugar a un concepto fundamental en psicología que fue observado por Robert Merton (4) y que hace referencia a la idea de lo que un juicio puede lograr en la realización de un acontecimiento, dando lugar en muchos casos a la llamada profecía autocumplida. Es decir, se llama efecto Pigmalion al hecho de que los juicios que tenemos sobre las personas, cosas, situaciones e incluso sobre nosotros mismos tiendan a convertirse en realidad (en afirmaciones).

Para ejemplificar se pueden traer algunos de los experimentos que Robert Rosenthal y Lenore Jacobson realizaron en 1968 bajo el titulo” Pigmalion en el aula”(5) quienes se destacan por sus interesantes investigaciones sobre el tema.

En uno de sus experimentos Rosenthal y Jacobson tomaron al azar una serie de alumnos de una escuela y dieron sus nombres a los profesores, informándoles falsamente que en los test habían salido superdotados, cuando la realidad era que habían salido simplemente más o menos normales. Lo sorprendente fue que al cabo de ocho meses, dichos alumnos obtuvieron un rendimiento escolar realmente de superdotados. ¿Qué es lo que había pasado? Pues que la expectativa de los profesores y cómo se habían relacionado con dichos alumnos, había facilitado, o sea, "estimulado", el aumento de rendimiento en ellos.

Las profecías que se autocumplen son un fenómeno que no sólo se da en el mundo de "lo vivo". También se da incluso en las ciencias físicas.

En física cuántica hay una controversia planteada sobre si electrón se comporta como una onda o como una partícula. La paradoja es que parece que se comporta como las dos cosas. Todo depende de las ideas previas del experimentador que hace el experimento. Si el experimentador piensa que el electrón se comporta como una onda, lo que consigue es demostrar que éste se comporta como una onda, y a la inversa. Es decir, que el experimentador al hacer el experimento "altera" el comportamiento del electrón según lo que "espera" obtener. El físico John Wheeler ha expresado:

"Creo que, a través de nuestro propio elegir y plantear conscientemente cuestiones relativas al universo, provocamos en cierta medida los mismos fenómenos que tienen lugar ante nosotros".

Peter Senge en La 5º disciplina trae este tema cuando habla de los procesos reforzadores, y al respecto afirma “algunos procesos reforzadores son círculos viciosos donde las cosas empiezan mal y terminan peor. La crisis de la gasolina es un ejemplo típico: el rumor de que la gasolina iba a escasear indujo a la gente a ir a la gasolinera local para llenar el tanque. Cuando la gente empezó a ver hileras de coches, se convenció de que la crisis era real. Luego sobrevinieron el pánico y el acaparamiento. Todos llenaban el tanque apenas vaciaban la cuarta parte, para no ser sorprendidos por surtidores vacíos. Una corrida bancaria es otro ejemplo, así como las guerras de precios. “

Estos círculos viciosos son los que explican en parte el proceso de Pigmalion negativo, en palabras de Merton:” subyacente a estos procesos hay un principio de retroalimentación; un sistema adaptado insegura o erróneamente se conduce el mismo a un equilibrio con su entorno sin corregirse el mismo sobre la base de sus efectos, sino encontrando sus efectos reforzados y con esto ofreciendo oportunidades para nuevas causas.”

Pero también hay círculos virtuosos, ciclos que se refuerzan en direcciones deseadas. El caso de Rosenthal con los alumnos de escuela es un circulo virtuoso, o Pigmalion positivo. Considero que la utilización de este fenómeno como herramienta para lograr “cosas” de las demás personas es una manifestación de prácticas manipulatorias.

La razón por la cual comienzo este trabajo hablando del concepto de modelos mentales y de cómo estos contribuyen a crear nuestra propia realidad es porque las profecías autocumplidas son una particular forma de creación de realidad a cargo de nosotros mismos.

III. Escalera de inferencias

“Vivimos en un mundo de creencias que se autogeneran y no se cuestionan. Adoptamos esas creencias porque se basan en conclusiones, las cuales se infieren de lo que observamos, además de nuestra experiencia del pasado” (Peter Senge )

“La escalera de inferencias es un modelo que representa nuestra ascensión mental desde las observaciones hasta la toma de decisiones. En el proceso agregamos suposiciones, interpretaciones, opiniones, criterios, intereses y proyecciones para llegar a una conclusión” (Fred Kofman)(6)

Los dos autores escriben sobre el proceso y la importancia de la escalera de inferencias; sin embargo, en este artículo se utilizara la definición de Peter Senge.

¿Por que?

Porque Senge incorpora un elemento a su análisis (el ciclo reflexivo) que puede explicar el proceso a partir del cual un juicio se transforma luego en una afirmación. Este elemento no lo incorpora Kofman, quien solo llega en “su” escalera de inferencias hasta la toma de decisiones, sin tener en cuenta los efectos recurrentes de las decisiones y conclusiones en la continuidad de la escalera. Esto se entenderá mejor mas adelante.

¿Cual es la escalera de inferencias de Senge?:(7)

v realizo actos según mis creencias

v adopto creencias sobre el mundo

v extraigo conclusiones

v tengo supuestos basados en los sentidos que añadí

v añado sentidos( culturales y personales)

v selecciono datos de lo que observo

v datos y experiencias observables(como podrían verse en un grabador de video

Tomemos el mismo caso que toma el autor en La quinta disciplina en la práctica:

“-hago una presentación ante el equipo de ejecutivos. Todos lucen atentos, excepto Larry, a final de la mesa, que parece aburrido y distraído. Aparta de mí sus ojos somnolientos y se lleva la mano a la boca. No hace preguntas hasta que llego al final, cuando señala: “Creo que deberíamos pedir un informe completo”. En esta cultura, eso suele significar: “Pasemos a otro tema”. Todos mueven sus papeles y guardan sus notas. Obviamente Larry me considera incompetente, lo cual es una pena, porque el departamento necesita estas ideas. Ahora que lo pienso, a él nunca le gustaron mis ideas. Larry es un ambicioso. Cuando regreso a mi asiento, he tomado una decisión. No incluiré en el informe nada que pueda servirle a Larry. Él no lo leería o, peor aún, lo usaría en mi contra. Es una lástima que tenga un enemigo que ocupe un puesto tan importante en la compañía.”

En un momento he subido la escalera:

ü comencé con datos observables: el comentario de Larry, tan evidente que aparecería en una grabación de video.

ü seleccione algunos detalles sobre la conducta de Larry: su mirada distraída y su aparente bostezo

ü añadí algunos sentidos propios basados en la cultura de la empresa ( Larry quería que yo terminara)

ü pase rápidamente a supuestos sobre el animo de Larry (esta aburrido)

ü llegue a la conclusión de que Larry considera que soy incompetente. Mas aun, ahora creo que Larry es un oponente peligroso.

ü así, cuando llego al peldaño superior de la escalera, estoy conspirando contra el.

Y así, cuanto mas creo que Larry es mala persona, mas refuerzo mi tendencia a reparar en su conducta maligna. Este fenómeno se conoce como “ciclo reflexivo”: nuestras creencias influyen sobre los datos que seleccionamos la próxima vez. Y, además, puede haber otro ciclo reflexivo opuesto en la mente de Larry: al reaccionar contra mi conducta extrañamente antagónica, tal vez este subiendo su propia escalera. Sin que nadie sepa por que, pronto nos encontramos siendo enemigos acérrimos.

Nuestras escaleras de inferencias están condicionadas por nuestros modelos mentales, es decir el sistema de supuestos esenciales con el que uno organiza su experiencia. La guía de la escalera de inferencias son los modelos mentales, pues además de condicionar la selección de datos, orientan la formación de supuestos, conclusiones y creencias.

IV. Los peligros del mal uso del lenguaje

Tal como se señalo anteriormente, en nuestra concepción tradicional, la realidad venia primero y luego el lenguaje. En la nueva concepción, el lenguaje genera realidad. De cualquier realidad que exista más allá del lenguaje, este no puede hablar de ella.

En este marco Rafael Echeverría habla de los Actos lingüísticos básicos y de cual es su rol cuando se trata de resolver la siguiente cuestión:

“cuando hablamos ¿que tiene primacía? ¿el mundo o la palabra? ¿Cuál de los dos-la palabra o el mundo- conduce la acción? ¿Cuál podríamos decir que manda?

Cuando podemos sostener que la palabra debe adecuarse al mundo y que entonces es el mundo el que conduce a la palabra, estaremos ante Afirmaciones.

Cuando la palabra modifique al mundo y que por lo tanto, el mundo debe adecuarse a lo dicho, estaremos ante Declaraciones.

Dentro de las declaraciones encontramos una forma especial de esta; los Juicios que como toda declaración para que sea valido debe ser emitido por alguien con poder; este poder esta sustentado en la fuerza o concedido por la comunidad, en cuyo caso se denomina autoridad.

Además, los juicios requieren un compromiso social adicional que no es necesario para todas las declaraciones. El compromiso es que los juicios estén fundados en cierta tradición.

De esta forma, los juicios no son solamente validos o inválidos, dependiendo de la autoridad o el poder de la persona que los emite; también son fundados o infundados de acuerdo a la forma como se relacionan con el pasado.

En esta instancia Echeverría propone que una de las consecuencias o situaciones de peligro que provienen de no saber cual es la importancia de los juicios y como se fundan, tiene que ver con no hacer la diferencia entre las afirmaciones y los juicios y así dejar abierta la posibilidad de tratar a estos como si fueran afirmaciones.

V. La profecía autocumplida y la escalera de inferencias

Ahora que esta aclarado el marco teórico que voy a utilizar, me propongo tratar de fundamentar las conjeturas iniciales.

1. las profecías autocumplidas pueden ser consecuencia de vivir los juicios como afirmaciones.

2. el proceso por el cual un juicio luego se transforma en una afirmación tiene puntos de contacto con el mecanismo que se sigue en la escalera de inferencias.

3. por lo tanto, una de las posibles alternativas para “cortar” proceso (en caso de que sea necesario) es aprender a fundar juicios.

Sostengo que las profecías autocumplidas se pueden dividir en dos partes:

-Primero:

emisión de un juicio como si fuese una afirmación, por ejemplo; un alumno de Elementos de matemática que desaprueba el primer examen y piensa “yo no sirvo para la matemática y nunca voy a aprobar esta materia”, o, en el caso de Senge, “Larry es mi enemigo”.

En estos casos, e independientemente de si el juicio esta fundado o no, se puede comprobar la existencia de una escalera de inferencias, pues, se seleccionan datos de la realidad que corresponden al pasado (el examen desaprobado y las conductas de Larry) y se llega a una conclusión que se corresponde con el futuro (“nunca voy a aprobar esta materia”; “Larry es -y sera- mi enemigo). En el camino habrán quedado toda una serie de supuestos tales como: “desaprobar es un signo de fracaso”; “si no aprobas el primer examen ya es casi imposible aprobar el segundo” para el caso del alumno, ó, “quienes no están de acuerdo conmigo están contra mi, “ahora que lo pienso a el nunca le gustaron mis ideas” en el caso de Larry.

-Segundo:

el proceso mismo de creación de realidad; cuando el juicio que fue emitido como una afirmación se puede convertir efectivamente en una afirmación.

Mediante este proceso y tomando al juicio ( el equivalente a las conclusiones en la escalera de Senge) como un dato de la realidad, se generan una serie de actos que no hacen mas que confirmar-generar el juicio inicial, no sin antes recorrer una serie de creencias.

En los casos anteriores podrían ser: “si no sirvo para matemática estudiar no tendrá sentido”;”si no sirvo para matemática no tendrá sentido cambiar de método de estudio o incluso pedir ayuda” ó, ”es una lastima que tenga un enemigo tan importante en la compañía”, “a Larry nunca le gustaron mis ideas”.

Por supuesto que actuando de acuerdo a estas creencias será muy difícil aprobar un próximo examen de Elementos de matemática en forma honesta o trabajar con Larry en forma efectiva.

¿Por qué?

Hay dos formas de explicar esto, y las dos formas son perfectamente validas:

-desde la temporalidad de los juicios (Rafael Echeverría (8)):

los juicios se emiten en el presente haciendo referencia a observaciones hechas en el pasado y se proyectan al futuro. Precisamente la importancia de los juicios sobre todo si están ”fundados”, radica en que nos permiten anticipar lo que puede suceder mas adelante, podemos entrar al futuro con menos incertidumbre, con un sentido mayor de seguridad, sabiendo lo que podemos esperar y, por lo tanto, restringiendo el rango de las posibles acciones futuras. Los juicios nos sirven para diseñar nuestro futuro. Nos permiten anticipar las consecuencias de nuestras acciones o las de otras personas.

Sin embargo, a veces se nos escapa la conexión entre los juicios y la acción. No vemos que al cambiar nuestros actos permitimos que cambien también los juicios acerca de nosotros. Al hacer esto se anula la posibilidad de aprendizaje e innovación. Al hacerlo, hemos transferido el pasado al futuro y hemos eliminado la posibilidad de modificar el futuro y de crear una realidad diferente.

Este podría ser el caso de desaprobar el examen

-desde el ciclo reflexivo (Peter Senge):

nuestras creencias influyen sobre los datos que seleccionamos la próxima vez, es decir que se da un proceso reforzador en donde no se ponen en tela de juicio estas creencias (como las llama Senge) sino que se opera en el mundo tratándolas como si fuesen certezas y permitiendo que ellas condicionen nuestras observaciones, y por lo tanto nuestras decisiones y acciones.

Este seria el caso de la persona que presenta un informe ante el equipo de ejecutivos, entre ellos Larry.

Nótese que este mecanismo de ciclo reflexivo en realidad es muy parecido al anterior, es decir, una expectativa (juicio según Echeverría o creencia sobre el mundo según Senge) condiciona nuestras decisiones posteriores y la transforma en realidad.

VI. Consideraciones finales

Llegados a este tramo del articulo, considero abordada la primera de las preguntas que me propuse al principio, ¿porque es importante saber o ser concientes de las profecías que creamos?

Con respecto a la segunda pregunta ¿como no ser victimas de ellas?,

ü considero que lo más importante es darse cuenta, ser concientes de la existencia de este “mecanismo”. El solo hecho de darnos cuenta de que podemos ser presa de nuestras propias profecías nos pondrá alerta sobre el accionar y las consecuencias de las mismas.

ü También creo que es importante el saber diferenciar un juicio de una afirmación; y al mismo tiempo saber cuando un juicio es fundado y cuando no lo es.

ü Tener en cuenta que nuestros supuestos, prejuicios, interpretaciones, opiniones y conclusiones están condicionados por nuestros modelos mentales, asi como los de los demás.

Nota final

Entre los temas que son propios de Administración Integrativa he omitido el tratamiento explicito de las emociones, los valores y las formas de aprendizaje. Esto no significa de ninguna manera que no estén vinculados al desarrollo de las profecías autocumplidas. Solo he evitado su tratamiento para reducir la complejidad de esta primera aproximación.

Bibliografía utilizada

1-La quinta disciplina- Peter Senge- Ed. Granica- 1990

2-Confianza- Niklas Luhmann- Ed. Anthropos - 1996

3-El Arbol del conocimiento-Maturana, Humberto y Varela, Francisco- Ed. Universitaria, Santiago-1984.

4-Social Theory and Social Structure- Robert Merton- Ed. Glencoe-1957

5-Pygmalion in the clssroom: Teacher expectation and pupils intellectual development-Robert Rosenthal, Lenore Jacobson- Hold. Rinehart and Winston, New York-1968

6-Metamanagement- Tomo II- Fred Kofman- Ed. Granica- 2002

7-La quinta disciplina en la practica- Peter Senge- Ed.Granica- 1995

8-Ontologia del lenguaje- Rafael Echeverria- Ed. Patagonicas Chilenas- 1995

Lic. Mariana Farias