RUMI

Cada árbol y cada planta del prado
parece estar danzando;
aquéllos con ojos comunes
sólo los verán fijos e inmóviles.

11 sept 2011

El aprendizaje emocional del coach -Terrie Lupberger

Antes de explorar los cuatro componentes emocionales de coaching, es necesario hablar de lo que es coaching, y del por qué ha emergido como un campo de práctica en los últimos veinte años. Es a través de este enfoque que podemos ver áreas esenciales del aprendizaje y desarrollo para la práctica del coach que desea expandir sus capacidades emocionales y apoyar a sus clientes para que estos a su vez, hagan lo mismo.

I) ¿Cuál es el origen de coaching?

Hay muchas definiciones de coaching, tantas como escuelas de entrenamiento de coaching y maestros enseñándolo, decimos que la práctica de coaching se trata de aprendizaje. Aprender a hacer algo diferente, ver diferente bajo una nueva luz, o cambiar la forma de interactuar con uno mismo y los demás.

Históricamente, el desarrollo de cualquier nueva práctica en una comunidad o sociedad es una respuesta ante el hecho de que, de alguna manera, la vieja práctica no se hace cargo de las inquietudes presentes de esa comunidad.

Siguiendo la idea de que, coaching se trata fundamentalmente acerca del conocimiento, nos preguntamos: ¿Qué inquietudes en el territorio del aprendizaje no hemos atendido con otras prácticas tradicionales, tales como: entrenamiento, capacitación, educación, etc.? ¿Por qué necesitamos una nueva práctica llamada coaching? ¿Qué nuevas inquietudes deseamos atender a través de coaching, qué otras prácticas no están atendiendo?

Muchas de las personas con las cuales disfrutamos el privilegio de tener como clientes, reportan que, a pesar de sus conocimientos, títulos, credenciales y acceso a información, hay algo ausente en sus habilidades de ejecución y su capacidad para sentirse satisfechos.

Un ejecutivo de alto nivel, de una compañía incluida en el Fortune 1000, expresó recientemente en una sesión de coaching: “Estoy básicamente en la cima de mi carrera y a pesar de esto no estoy aquí. No estoy disfrutando mi trabajo y las horas son extensas, pero es difícil prescindir del salario y los privilegios. ¿Qué hago?”.

Este es un comentario común entre los ejecutivos con los cuales colaboramos. Resulta interesante que esta pregunta no se pueda responder con una respuesta tradicional como “aprenda esta nueva habilidad y listo, todo estará bien”.

En nuestra cultura, el acento en nuestras prácticas de aprendizaje se ha puesto en adquirir datos y acumular información bajo pretexto de hacerlo “mejor” y/o acumular más. Esta forma limitada de ver el aprendizaje nos ha dado una sensación de desconexión con el mundo y entre nosotros, anclada a nuestra psique desde Copérnico. A esto le agregamos la llegada del movimiento auto-ayuda, el cual enfoca su atención en la idea del ser aislado y pierde por completo la dimensión del impacto que tiene el aprendizaje en sociedad. También hemos privilegiado el pensamiento científico, causa y efecto, reduccionista, racional y lineal. Hemos proscrito las emociones a los campos de la psicología y la terapia, dejándolos fuera del campo del aprendizaje. Hemos abandonado en completa indiferencia, el cómo nuestros cuerpos y la psicología juegan un papel esencial en nuestra capacidad para la acción poderosa. Completamos este cuadro con valores culturales que privilegian las cosas, la belleza, la acumulación, los títulos, el materialismo y el dinero como medidas del valor de la persona. A lo que hemos llegado es a una visión muy limitada y distorsionada de lo que significa ser humano. Consecuentemente, el aprender y practicar han dejado fuera muchos otros aspectos legítimos de ser humano como las intenciones, los valores, las emociones, el cuerpo, la intuición, aquello que es importante, etc.

Nosotros creemos que coaching es una respuesta intuitiva a las formas insuficientes mediante las cuales entendemos lo que significa ser humano, y a las prácticas de aprendizaje desarrolladas desde esta visión asimétrica.

En condiciones ideales, coaching es una práctica multidisciplinaria de un nuevo tipo de aprendizaje, llamado a la existencia para volver a integrar y abordar todas las dimensiones del ser humano que hemos descartado, reducido y separado en los últimos cien años. A través de la práctica de coaching, incluimos la importancia de aprender información y habilidades trascendiéndolas para permitir que el cliente integre significado, satisfacción y bienestar como aspectos legítimos hacia el aprendizaje.

En este mismo sentido, el coach tiene una responsabilidad profesional (nos atrevemos a llamarle una responsabilidad ética) para cuestionar suposiciones contenidas en el status quo, y ayudar al cliente a identificar presuposiciones transparentes y explicaciones de sus historias, así como formas de hacer las cosas, que le impidan gozar de una experiencia plena de ser humano, de vivir una vida más completa, colmada, consistente con sus valores.


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