RUMI

Cada árbol y cada planta del prado
parece estar danzando;
aquéllos con ojos comunes
sólo los verán fijos e inmóviles.

17 nov 2010

3 estrategias para mejorar tus relaciones





Por Ana Cecilia Vera

Resumen: Acordar qué es lo que esperamos de las relaciones que mantenemos con otros nos ayudará a sentirnos más contentos y respetados, delineando maneras sanas de vincularnos a partir de definir cómo queremos que sean. Descubre cómo lograrlo en este artículo.


Una de mis clientas de Coaching se sentía mal cada vez que “tenía que” enviarle dinero a su madre para pagar sus gastos. Al mismo tiempo sentía resentimiento con su hermano porque no se hacía cargo de esta situación para poder compartirla juntos y así alivianar esa carga. Abrumada por actividades de su propia vida, su marido, hijos, su trabajo... sentía que tenía un gran peso encima por estar “encargándose” ya sea económicamente y emocionalmente de su madre y de su hermano. No estaba siendo capaz de expresarles a ellos que no quería hacerlo o que no podía, que algo le pesaba. No vislumbraba claramente cómo podían buscar una solución para que los tres fueran beneficiados. Ideas diferentes entre las partes le generaba un malestar que la tenía atrapada.

Si alquilamos una casa o adquirimos algún servicio las partes firman un contrato o documento detallado de los posibles eventos que ocurrirían, además de mostrar todos aquellos aspectos que regirían la relación entre ellos.

Resulta raro que en nuestra vida ni se nos cruce por la mente dedicar tiempo y esfuerzo en diseñar nuestras relaciones para que las mismas funcionen sanamente, nos brinden plenitud y nos permitan crecer, buscando dar a los otros lo que necesitan y expresando nuestras necesidades para recibir lo que nosotros también estamos necesitamos.

Esta no es una tarea fácil, requiere de un cambio profundo de mentalidad, comenzar a diseñar estrategias para acercarnos diferente a los otros y tiempo en la aplicación de las mismas para comenzar a disfrutar de esos resultados.

¿Cómo hacer entonces para diseñar estrategias que nos permitan relacionarnos sanamente?

Aclara tus necesidades
Define qué esperas de esa relación. Primero aclárate tú. ¿Qué necesitas? ¿Cómo te gustaría que fuera? ¿Cómo te gustaría que se desarrollara en el tiempo? ¿Qué es importante para ti en la relación? Encarar este trabajo interior ante todo requiere de madurez, reconocimiento de los propios errores y necesidades, y respeto y aceptación del otro como legítimo otro. No estamos en un campo de batalla sino buscamos poder disfrutar las relaciones más que padecerlas. Y para disfrutarlas tenemos que generar acuerdos para sentirnos más satisfechos. Por eso, aclárate, detalla en términos de hechos concretos cómo te gustaría que se desarrollara esa relación para poder prepararte para expresar esto al otro cuando encuentres el mejor momento.

Genera el contexto adecuado y abre una conversación
Si las emociones reinantes son de enojo, bronca, resentimiento, no puede haber lugar para que una conversación sana, madura y respetuosa ocurra. Nada bueno puede salir de esto. Por eso, genera el contexto adecuado, invita a esa persona con quien necesites mejorar a abrir una conversación desde el respeto, la sinceridad y la tranquilidad. Cítalo/a a un lugar especial y a una hora en donde no sean interrumpidos y puedan hablar haciendo importante al otro. ¿Cómo puedo esperar que el otro haga importante mis necesidades si yo no hago importante las suyas? Recuerda: respeto, escucha activa, sinceridad, tranquilidad son las claves para que esa conversación dé buenos frutos.

Anímate a pedir
No nos animamos a pedir lo que necesitamos porque tenemos enemigos que nos impiden hacerlo y muchas veces pensamos que el otro tiene que “adivinar” lo que queremos. ¿Por qué se te puede ocurrir que tendría que adivinarlo? Somos personas diferentes, con mundos diferentes, pensamientos diferentes. Otro enemigo que nos detiene a pedir lo que nos hace falta es el temor a ser rechazados, pero es importante que sepas que si la otra persona responde “no” a tu pedido, no significa que te está diciendo “no” a ti; sólo te está diciendo “no” al pedido, por lo cual se pueden buscar otras maneras de generar esos acuerdos, apelemos a la creatividad. Un enemigo más nos detiene a pedir y está relacionado a la primera estrategia: no sabemos qué queremos o qué necesitamos y esto es lo más importante. ¿Cómo puedes pedir algo que no sabes que necesitas?

Quiero destacar algo importantísimo en este desafío y es que, no importa lo que el otro haga, ya el tiempo definirá que ocurrirá con esa relación, si tiene posibilidades de crecer o de cortarse. De una u otra manera, lo que pase será lo mejor para ti. Muchas veces una de las partes tiene que crecer y evolucionar para poder “engancharse” sanamente con la otra parte que ha tenido la posibilidad de evolucionar un poco más. Las relaciones son así, nos enseñan, nos hacen crecer, de ninguna manera son fracasos, sobre todo cuando hablamos de las relaciones de pareja. Aprendemos de nosotros mismos a partir de los otros, porque somos espejos de los otros, nos vemos en los otros.

Recuerda, la clave es lograr acuerdos que sean beneficiosos para las dos partes. De nada sirve empacarse cada uno en sus propias ideas sin dar lugar al otro, sin escucharlo haciendo importante lo que tiene para decirnos. De nada sirve echar culpas porque no vamos a ganar nada. Lo que sí servirá y permitirá que esa relación crezca es hacerse cargo de lo que cada uno tiene que hacerse cargo, eso significa tomar responsabilidad por nuestros actos para comenzar a elegir y delinear mejores maneras de relacionarnos.

Si realmente esa relación nos importa, si realmente creemos que vale la pena apostar por ella, juntos se buscarán las maneras adecuadas y efectivas de lograrlo. Y si al menos una de las partes no quiere o sigue poniendo palos en la rueda, eso puede estar diciéndote que por ahí “no va” y quizás sea lo mejor alejarse. Durante la vida nos acercamos y nos alejamos de muchas personas de acuerdo al nivel de evolución en el que estemos como seres humanos. En todos los casos hacemos esto para aprender y crecer. Tenemos que bendecir toda aquella persona con la que nos relacionemos en cualquier ámbito de nuestra vida, ya sea que sea insoportable para nosotros o sea que disfrutemos mucho de su compañía, porque en esa relación aprendemos fundamentalmente cómo ser mejores seres humanos.



© 2006-2010 Ana Cecilia Vera. Todos los Derechos Reservados.


Sobre la autora:
Ana Cecilia Vera asiste a emprendedores, líderes y profesionales en el proceso de cambio que buscan para decirle SI a sus sueños y emprenderlos desde una transformación interior. Si quieres crear nuevas posibilidades en tu vida, disfrutarla al máximo con éxito y felicidad, visita http://www.anaceciliavera.com.ar y suscríbete al boletín para disfrutar de más tips y estrategias GRATIS y recibir en tu e-mail un reporte especial Gratuito.